viernes, 21 de octubre de 2011

LOS ÚLTIMOS GUDARIS

ETA no ha terminado de matar. Para que ETA desaparezca de verdad aún hará falta -como poco- otra media docena de muertos, muertos que esta vez no deberíamos poner los “españoles”, sino los mismos etarras.

Al igual que pasó tras la transición, cuando una parte de ETA se disolvió y otra siguió su estrategia de muerte y culto a la violencia racista y nazi disfrazada de comunismo, ahora tampoco todos dejarán las armas.

Algunos psicópatas criados en el fanatismo de las ikastolas financiadas con dinero público, crecidos al calor de los autobuses y cajeros incendiados y con el perfume de la pólvora metido en lo más hondo de sus malditas entrañas, no van a abandonar.

Aún nos queda ver algún atentado más, quizá más cruel, sangunario e indiscriminado que los anteriores para demostrar que las esencias más profunda de su maldita y fascista imagen de la “patria vasca” siguen vivas en su alterado cerebro.

La duda será si dirigen su ciego y absurdo odio hacia los españoles o más bien hacia los que ellos considerarán traidores. La segunda y última parte está clara, ETA reservará sus últimos parabellum para liquidar a esos últimos “gudaris” que más que fanatizados están realmente locos y ciegos de odio racista.

Estos últimos idiotas dispuestos de morir por unos estúpidas ideas tribales, que al margen de su absurdez son una causa perdida en un mundo globalizado, se sumarán a otros locos sanguinarios que han asolado el mundo dejando tras de si ríos de sangre sin obtener otra cosa más que pasar a la historia por sus malas entrañas y convirtiendo su nombre en maldito y causa de vergüenza para sus descendientes honestos.

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