viernes, 10 de febrero de 2012

República bananera, Bingunales y Cachondicia


Me dicen los emprendedores Hermanos Jones, que han patentado un sistema peculiar que nos ahorrará un pastón a los españoles: se trata del Bingunal, el complemento perfecto a nuestra coronada y plurinacional república bananera.

En esencia es como un tribunal normal pero donde se cambia al juez por un bombo de lotería en el que hay cinco bolas. Dos son de “Culpable”, dos de “No culpable” y una de “Se desestima y los costes a medias”. Luego, en caso de salir “Culpable” un segundo bombo tiene la bola de “Lo que pide la acusación” y otras que van desde “El 90 % de lo que pide la acusación” hasta “El 10 % de lo que pide la acusación”.

De este modo ahorramos en procuradores, abogados, jueces y oficiales, dejando solamente a los administrativos para que se encarguen de efectuar los trámites y sorteos.

Justo, lo que se dice justo, no es que sea este sistema, pero la probabilidad de que se haga justicia es la misma que con el actual, con la diferencia de que los corruptos como los del caso “Trajes” e hijos de puta como los del caso Marta del Castillo, tienen así más posibilidades de ser condenados, y en otros -como el de Garzón- tienen una posibilidad de ser absueltos, no como en esa suerte de linchamiento togado cuya sentencia estaba cantada desde el primer día.

Incluso me han comentado (y ese es el negocio) que en un país de gilipollas masoquistas como éste, nos volveremos locos por comprar participaciones que permitan entrar en el sorteo de penas, otra de las derivaciones de este novedoso sistema judicial, que además de ser un negocio inédito, provoca una un morbo tremendo que deriva en fuerte adicción, puesto que tiene la emoción de una acusación infundada con la de la incertidumbre de un veredicto, pero te evita el mal rato de los interrogatorios.

Dicen que la adrenalina te sale por orejas cuando desde el primer bombo (que solamente se emplea en el caso de la LOTODELITO, que es como se llama el sorteo) te puede caer desde una alcoholemia con retirada de seis puntos, multa de dos mil euros y un mes sin carnet, hasta el más terrible, que es el de piratear música y películas. Algo que puede costarte varios años de cárcel, pero ese es otro sorteo. Es la tremenda BONOPENA donde un bombo determina el el castigo por los delitos que te haya adjudicado el bombo anterior.

Aquí puedes ir diez años al trullo por una denuncia falsa de maltrato o por vender CDs piratas, aunque las otras penas son bastante inferiores. Incluso aunque te haya salido en el LOTODELITO un asesinato etarra o yihadista, la cosa es mucho más simple. En el primer caso te arrepientes, pides perdón..... y a la puta calle. En el segundo, el facherío y el diario Mundo se ocuparán de que te absuelvan y echen la culpa a los etarras, con lo cual solamente tienes que arrepentirte, cantar el Viva España y... a la puta calle también.

Algo peores son las penas por asaltar viviendas y naves, pero tampoco hay por qué preocuparse, te echan del país y tienes que pagar de tu bolsillo el viaje de vuelta. Esta es una terrible pena que han notado es sus carnes centenares de moldavos, kosovares y búlgaros, pero que muchas de ONGs españolas se ocupan de remediar financiando su vuelta en primera clase.

Somos muchos los que pensamos que con estos sorteos ahorraría el país varios miles de millones de Euros al año, y muy especialmente respeto en el ámbito internacional. Todo el mundo vería que las sentencias aberrantes serían cosa de la suerte, no de supuestos profesionales. Se vería más equitativa una justicia limpia donde la suerte marcase el destino de los litigantes o acusados, que esta ceguera selectiva, gracias a la cual se llevan los palos los mismos de siempre. Apenas íbamos a notar el cambio.

Además siempre quedarían los indultos del Gobierno, gracias a los cuales se puede indultar a banqueros para que no pisen la cárcel. Un poco peor lo tienen los desgraciados que han pasado su vida entre rejas y se les aplica el mismo indulto, puesto que aún les tienen enjaulados después de tres meses de papeleos.

La lotería será más justa que una justicia que hace trampas mirando por debajo del pañuelo (con el ojo derecho, claro está) y tratando de forma distinta a los ladrones de cientos de Euros que quienes lo hacen con millones, que no suelen pisar nunca las cárceles.

Los españoles hemos dejado de creer que en este país exista algo ni remotamente parecido a la justicia. Mientras la reponemos tras echar del poder a estos políticos siervos de los poderosos, propongo que la denominemos "cachondicia". Parece un nombre más apropiado.