jueves, 22 de noviembre de 2007

Portuñoles

Günter Grass ha secundado a Saramago y ha dicho que le parece bien el estado federal ibérico, y mí me parece perfecto. Hace tiempo que quiero ser portugués para no pedir perdón por ser español. Así, como la mayor parte de los portugueses dicen que quieren ser españoles, todo resuelto, así sería español por ser portugués.
Ya en serio, dos estados creando una federación sería un buen argumento para vacunarnos de nacionalismos, pues no tendrían sentido los microestados que preconizan los nacionalistas.
Somos muchos los que nos haríamos súbditos portugueses antes que de cualquier "nación" catalana, vasca, gallega, andaluza o aragonesa por decir algunas. Es más, si todos los que nos sentimos españoles cambiasemos nuestra nacionalidad por la portuguesa, no quedarían españoles. Sin españoles los nacionalistas no sabrían cómo seguir dando la murga y envenenando la convivencia, quizá por ello y aprovechando que tendrían un hueco que rellenar, cabe la posibilidad de que se unieran y reinventasen el estado español o ibérico.
Si os parece una estupidez, sólo tenéis que leer cualquier discurso de cualquier lider nacionalista para comprobar que estupideces más grandes se dicen a diario sin que nadie pestañee.
¡Que pena y que asco!

martes, 13 de noviembre de 2007

El IPCC

Martin Niemoller dijo hacia 1935 refiriéndose a los nazis:
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Si dejamos hacer a los sinvergüenzas del cambio climático (IPPC), y permitimos que sus sacerdotes como Gore y sus acólitos sigan aterrorizando sin pruebas y con la complicidad de los medios de comunicación, pronto tendremos una nueva Inquisición y no estará muy lejano el día en que los herejes excépticos seamos fusilados a las tapias de cualquier cementerio.
El fascismo del tercer milenio tiene la cara del IPPC

domingo, 11 de noviembre de 2007

UNA DE EXPO PARA EMPEZAR

Hablar de ciudades y desarrollo sostenible es una falacia. Es como hablar de guerra sin violencia, deporte sin esfuerzo o democracia sin elecciones. La ciudad a partir de los treinta o cuarenta mil habitantes es absolutamente insostenible, entendiendo por sostenibilidad el mantenimiento y la mejora de sus condiciones de vida respetando el medio ambiente y manteniendo o mejorando su estado general.
El Ebro, tanto en calidad como en cantidad no depende de la ciudad por la que pasa, sino de las situadas aguas arriba. En definitiva, al igual que en otras facetas de la sociedad actual, para que haya ciudades “sostenibles” son otras poblaciones (aunque en ocasiones las llamen barrios) quienes deben depurar sus aguas, soportar el reciclaje de sus basuras y dotarlas del agua que no tienen y precisan en cantidades cada vez mayores.
En resumen, una gran ciudad nunca puede ser sostenible, puede ser “reversible” un concepto que desarrollaré más adelante y considero más acertado que la manida sostenibilidad. Me explico.
La forma de vida que llevamos exige el consumo de grandes cantidades de energía y por lo tanto la emisión de grandes cantidades de CO2, ante este problema tenemos tres opciones:
a. Pensar que el cambio climático es pasajero y menor del que nos cuentan
b. Dejar de consumir energía y volver al primer cuarto del siglo XX.
c. Optar por la energía nuclear
d. Mirar para otro lado y dejar que la historia siga su curso, puesto que USA, China y otros países emergentes como la ex Unión Soviética o India no harán caso, por lo que los esfuerzos europeos son meramente simbólicos. Por ello más vale pensar que (en caso de ser cierto) debemos orientar nuestros esfuerzos a protegernos del hipotético cambio climático y no a perder el tiempo en actuaciones que no tienen futuro alguno.
Soy de la opinión de que la histeria por el cambio climático responde a una campaña por parte de los grandes grupos económicos por la construcción de nucleares, y ese es el verdadero sentido de la toma del timón de las eléctricas por parte de los constructores y las milongas pseudo-ecológicas de campañas como la de Acciona, para ir preparando el camino al futuro nuclear que se nos avecina en muy poco tiempo.
Resulta curioso pensar que las nucleares son sostenibles, pues no generan CO2 ni tienen el impacto territorial de otras actuaciones, sin embargo no son reversibles. Una nuclear lo será durante milenios, en tanto que una térmica puede ser desmantelada y reciclada en muy poco tiempo, volviendo a emplear su suelo para cualquier otra actividad. Es decir que las ciudades serán sostenibles, con coches eléctricos que se cargarán por la noche mediante la electricidad generada en las nucleares. Éstas, claro está, no estarán cerca de las grandes ciudades a las que servirán, sino que se instalarán en zonas tan pobres que generarán más esperanzas que rechazo.
Bueno, dejando la filosofía para otra ocasión, mi conclusión es que "sostenible " es tan sólo el mundo rural, nunca las grandes ciudades. Éstas, si quieren aportar su contribución a la sostenibilidad que no pueden desarrollar, deberían apostar por fomentarla allí donde más falta hace, que es en su área de influencia. Para ello deberían subvencionar cultivos respetuosos con el medio ambiente, especialmente energéticos, apoyar la creación de espacios naturales de calidad y especialmente facilitar la sostenibilidad de las zonas que son necesarias para su desarrollo.
Por ejemplo, tiene gracia que buena parte de las compensaciones que se darán a los afectados por el recrecimiento de Yesa, en lugar de destinarlas a actividades respetuosas con el medio ambiente, van dirigidas a usos que pueden tener fuertes impactos sobre la calidad del agua (regadíos, ganadería, etc.) actividades que tendrán alta repercusión en la calidad del agua, ello sin contar las segundas residencias en la montaña de los urbanitas, algo que genera riqueza al principio pero luego hace necesarias grandes infraestructuras (viales, basura, abastecimiento de agua y depuración especialmente) para temporadas muy cortas de ocupación, algo realmente insostenible.
En definitiva, un buen filón para los tiempos que corren y correrán es trasponer la filosofía barata de la Expo sobre estimular el desarrollo sostenible del tercer mundo de cara al mantenimiento de las condiciones ambientales a lo que tenemos más cerca, que no es otro que el compromiso de las ciudades con el medio rural para compensar la insostenibilidad que generan, por mucho que se empeñen en vender lo contrario.

Empezamos un nueva etapa

Hasta el momento me he limitado a escribir entradas en otros blogs y noticias en los diarios El País y El Periódico de Aragón, pero lo malo es que tiene fecha de caducidad y desaparecen a veces en unas pocas horas.
No tengo pretensiones de ser leído ni sentar cátedra en nada, sólo desahogarme y decir lo que tantas veces me quema.
Por ahora tengo cierta fijación con la patraña del "Cambio Climático" la nueva religión del tercer milenio auspiciada por sinvergüenzas para mentes poco críticas, aunque tengo munición para muchos otros temas.