viernes, 23 de agosto de 2019

Hasta los mismísimos

Hacía tiempo que no colgaba nada de aquí, pero ya me he hartado y no aguanto más.

Y es que no puedo decir lo que pienso sin que me insulten y lapiden si  pueden, y es que entre fascistas imbéciles, me voy quedando sin sitio. Y es que una cosa es ser solidario y otra ser gilipollas, porque hay que ser solidario con quienes lo merecen, pero serlo a ciegas es de locos.

Ser solidario es acoger a familias que lo han perdido todo. Ser solidario es incluso crear un impuesto para reconstruir los países que los USA y los títeres que nos gobiernan han destruido. Ser solidario es enviar ayuda de todo tipo para reconstruir esos países, que sus habitantes trabajen y se mantengan en su tierra.

Resulta que desde la izquierda nos hemos quejado de la facilidad para dar asilo a los gusanos cubanos, los asesinos o protectores de la derecha venezolana y algunos pocos más. Pero resulta que ahora esa misma izquierda se vuelca en abrir los brazos a desconocidos que escapan de las consecuencias de las guerras que Europa y los USA han generado en oriente.

Y como si ya no tuviésemos ya bastate con los impresentables de Vox, los ladrones del PPSOE, los sinvergüenzas de CDs, los gilipollas buenistas de Podemos y los nazi onalistas del país, ahora entran en juego los mafiosos salvapersonas y son tratados de héroes.

Porque no abrimos los brazos a familias, ni a viudas, ni a huérfanos, no. Estamos trayendo a nuestas costas a desertores de la lucha contra el Daesh que deberían quedarse para reconstruir el país,. Y lo que es peor, nadie sabe cuantos asesinos excombatientes de las milicias islamistas que nos regalaban la vista con degollamientos y asesinatos masivos están ahora mismo en esos barcos y entre nosotros.

Esa canalla no puede regresar a casa, porque probablemente serán linchados en el acto o -con suerte- fusilados o encarcelados durante décadas. Pero tranquilos, ya no tienen de que preocuparse, con un poco de lo que han saqueado, se compran un pasaje a la libre Europa y allí estará el Open Arms o cualquier otro barco negrero que los acogerá y los meterá en nuestros pueblos y ciudades sin preguntar su origen, ni historial. Y lo bueno es que hay millones de tontos pidiendo más.

Me pregunto el nivel de inteligencia de tanto idiota bienintencionado que pide la apertura total de fronteras.

  • ¿Los traemos sin darles casa, comida y algo de dinero? 
  • ¿Hasta cuando van a vivir de nuestra caridad? ¿Pondremos una fecha límite o esperaremos que lleven quince años para así tener derecho a una pensión no contributiva?
  • ¿Vamos a intentar que nos impongan sus bonitas costumbres como el casamiento infantil, el machismo, la ablación, etc. ¿O vamos a intentar que acepten de buen o mal grado las nuestras y si no los echaremos a su bonitos países que tanto añoran? 
  • ¿Los daremos las mismas facilidades de bajas maternales o ayudas como aquella desdichada ocurrencia de Zapatero a todos sin discriminar origen ni estatus en España?
  • ¿Expulsaremos a las familias que no eduquen debidamente a sus hijos y pondremos multas o eliminaremos subsidios por falta de aistencia a clase? ¿O mejor asistiremos a legiones de ninis machistas acosadores sin oficio ni beneficio como en buena parte de Francia?   
Creo que el mal ya está hecho y lo pagaremos bien caro en los próximos años.

La verdad es que leo lo escrito y me suena fuerte, pero resulta que es la pura verdad que el lavado constante de cerebro al que nos someten las redes sociales y medios de comunicación no nos deja ver sin que nos avergoncemos de ello, como si nos pusiéramos cachondos viendo las faldas del Papa.

En fin, estoy atrapado entre una ultraderecha cateta y lameculos de los ricos, y una izquierda imbécil que cada día aprieta más el nudo en el cuello de sus votantes, intentando, al igual que la derecha destruir el país donde todos vivimos, igual que los parasitoides que por matar a su portador mueren con él.

La diferencia es que los primeros en ser degollados serán los infieles rojos y ateos que ahora claman por tenerlos cerca.

martes, 2 de octubre de 2012

El futuro no es tan negro para los pobres



Hay quien dice que solamente nos quejamos sin aportar soluciones, por eso os voy a contar la conversación que tenían dos ancianos.
Imaginaos que llegáis a viejos y veis que al ritmo que sube está claro que no podéis pagar la factura eléctrica que los sinvergüenzas de políticos y empresarios han subido hasta la ignominia, que tampoco podéis pagar las medicinas, y que para comer debéis acudir a la caridad o a rebuscar en la basura. Si como ellos no tenéis unos hijos a los que acudir, bien porque siguen en casa y tampoco cobran, o porque divorcios y malos rollos los han alejado, sus últimos años serán una pesadilla. Por eso pensaban en una solución.
Decían que cuando la ancianidad nos alcance (si tenemos esa suerte) podremos tener calefacción medicinas, comida, asistencia médica y farmacéutica, gimnasio y muchas cosas más completamente gratis. 

Un poco raro me parecía a mí, pero pronto me dieron la solución:
Se trataba de comprar un buen hacha o martillo, navaja de siete muelles, botella de gasolina, una buena hoz, o cualquier otro objeto contundente con el que arrear a base de bien a cualquier hijoputa de los que todos conocemos. De esos que se enriquecen con nuestro sufrimiento y quienes engorda el hambre de los demás. 

No haría falta matarlos, argumentaban, pero era fundamental dejarlos jodidos. Porque la gracia es que tras ello se debe ir a la cárcel. Este es un castigo duro cuando se está bien de salud y de cartera, pero no cabe la menor duda de que para muchos es mil veces mejor que dormir en la calle comiendo basura o mendigando. 

Pero no sólo eso. Decían que con darse una vuelta por cualquier residencia de ancianos puede comprobarse que son peores que el trullo. 

De lo que no cabe duda es que de la residencia no se sale vivo, pero quizá si de la cárcel. Por otro lado, las las visitas de los familiares son parecidas, pero con la gran diferencia de que en una prisión nunca estarás solo.
¿Será posible que tengan razón y el futuro de los pobres sea la cárcel en todos los casos?

martes, 3 de abril de 2012

Teofolklore


Hoy me he dado cuenta de que soy malo, o al menos no tan bueno como yo creía. Solamente las malas personas se alegran del mal ajeno, y yo he sonreído cuando había quien lloraba y eso no es muy correcto, pero no voy a ser hipócrita, me he reído y hasta casi alegrado de su pesar, y eso no es de buenas personas.
Es cierto que a mí se me hace un nudo en la garganta cuando veo como desahucian a la gente o lloran la muerte de un ser querido, o tiene graves problemas ellos o sus familias. Si no se llora, al menos hay que apenarse de estas personas y su llanto, y hasta ahí llego, pero hay lágrimas… que me sacan de mis casillas de pura hipocresía, quizá fanatismo o simplemente estupidez, aunque quizá sea un poco de todo.
Lo siento por las almas sensibles, pero no pueden darme ninguna pena las lágrimas de quienes lloran porque no han podido sacar de paseo a una escultura a causa de la lluvia.
Entiendo que haya quien crea en Dios, quien incluso sea cristiano y aún católico, pero el teofolklore de la Semana Santa me puede. No entiendo cómo la Iglesia no excomulga esta panda de idólatras que pierden el culo por una imagen. A esos pervertidos que se enamoran de una estatua policromada con una mujer llorando. O de sos necrófilos que disfrutan paseando la imagen gore de un crucificado.
Si a eso le unimos esos disfraces sadomaso y los tambores de guerra o ejecución pública, llego a la conclusión de que yo seré malo, pero es que los hay muy, muy perversos.
 Si existiera Dios y fuera pariente lejano, pediría que los fulminara por sádicos. Vamos que yo no consentiría que semejante tropa me adorase ¡Joder que asco¡

martes, 13 de marzo de 2012

Machistas, machitos y tontitas


Quienes hemos conocido de cerca estas situaciones, sabíamos con casi total certeza que las medidas adoptadas eran simples “poses” políticas que no iban a solucionar nada. Eso en el caso de no agravar la situación. Con sólo comprobar el ridículo nombre de violencia de género o violencia machista ya se veía que no sabían demasiado por donde iban los tiros.

Lo primero es separar al hombre maltratador del hombre desesperado. Dos personalidades distintas y a menudo dispares. Los hay que matan por chulería y quienes lo hacen por todo lo contrario, porque sin su compañera no son nadie ni son nada.

Ambos casos apenas pueden solucionarse con campañas, y menos con algunas que hemos visto. Solamente la educación puede dar frutos, pero después de pasados unos años, que nadie se equivoque.

Lo primero a conseguir es que nadie se empareje por tener cocinera, planchadora, limpiadora o puta gratis. Todos los chicos deberían salir del colegio sabiendo separar la ropa para la lavadora, cocinar y limpiar. También sabiendo que el sexo del porno es otra cosa.

Pero ninguna chica debería llegar a los 16 años sin saber hacer un taladro, poner un enchufe o colgar un cuadro. Un compañero debe ser algo más que un falo que taladra paredes y maneja cables y aprieta tornillos flojos. Somos unos estúpidos hipócritas que nos avergonzamos de ese goteo de muertes ni nos parece ridículo que la igualdad sea una palabreja manoseada por profesionales de vivir del cuento o por gentes tan bienintencionadas como ineptas. Sin embargo nos parece una astracanada que en el bachillerato se enseñe a taladrar una pared, colgar un cuadro, planchar o separar la colada. Incluso tengo serias dudas acerca del modo en que imparte educación sexual en la escuela, especialmente a unas edades en que creen que el sexo adulto es el de Private, por ejemplo. Si no empezamos por ahí nunca habrá igualdad.

 Con todo, lo más grave es que haya macarras violentos que se tomen por modelos a seguir e incluso a amar, y ese ya no es un problema masculino. Los hombre podemos hacer cualquier cosa por sexo, y ser un chulito es lo más cómodo, especialmente si ves que funciona, y aunque alguna vez te lleves un par de guantazos de alguien más violento, fuerte o chulo, la recompensa en niñatas imbéciles que confunden sexo violento con sexo apasionado es casi segura.

Si la cosa no va a peor es que en muchos casos, si el violento es un poco inteligente, acaba enamorado de una mujer sensata que termina por reconducirles. El problema es cuando acaban por cogerle gustillo a las tontitas pseudomasoquistas que aguantan todo por complacerles, desde sexo no deseado, hasta sexo en grupo o incluso prostitución más o menos encubierta.    

Ya sé que no es políticamente correcto decirlo, pero hay mujeres que desde jovencitas llevan el estigma de maltratada en su mente. Ello las hace buscar modelos de hombre duro y violento, que las humilla y controla, que se pasa la vida dejándolas y llamándolas a los dos días. Tipos infieles pero arrepentidos, tipejos infames que quizá sean como sus padres (de él y de ella) y luego serán padres de sus hijos.

Esas mujeres buscan “hombres muy hombres”, “que se vistan por los pies” que las controlen porque no entienden de otro amor que no sea posesión, ni de otro sexo que no sea el sexo salvaje de la reconciliación tras la pelea, y más salvaje cuanta mayor haya sido la bronca. Por eso las trabajadoras de casas de acogida saben que al igual que hay un perfil de maltratador reincidente, hay otro de maltratada reincidente que busca ese tipo de machitos.

Evidentemente, el mundo está lleno de machistas hijoputas. Pero no es menos cierto que serían anecdóticos si la solución al problema no se base en el error de enseñar a los hombres a respetar a las mujeres como única actuación. Del mismo modo que se puede enseñar a un tigre a ser vegetariano, se puede enseñar a un hombre duro y violento a ser dulce y delicado con las damas. El problema es cuando el tigre comprueba que es más fácil, rápido y hasta placentero, cazar una gacela despistada, que pasarse el día buscando verduras y compitiendo con centenares de herbívoros. 

No se trata de enjaular al tigre hasta que abomine de la carne, sino que se convenza de que no hay otro alimento porque no queden gacelas tan idiotas que por sentir emociones fuertes se acerquen al tigre. Aunque éste sea vegetariano, si tiene rayas de tigre, ruge como un tigre y tiene colmillos de tigre, seguro que acabará mordiendo como un tigre.  

viernes, 10 de febrero de 2012

República bananera, Bingunales y Cachondicia


Me dicen los emprendedores Hermanos Jones, que han patentado un sistema peculiar que nos ahorrará un pastón a los españoles: se trata del Bingunal, el complemento perfecto a nuestra coronada y plurinacional república bananera.

En esencia es como un tribunal normal pero donde se cambia al juez por un bombo de lotería en el que hay cinco bolas. Dos son de “Culpable”, dos de “No culpable” y una de “Se desestima y los costes a medias”. Luego, en caso de salir “Culpable” un segundo bombo tiene la bola de “Lo que pide la acusación” y otras que van desde “El 90 % de lo que pide la acusación” hasta “El 10 % de lo que pide la acusación”.

De este modo ahorramos en procuradores, abogados, jueces y oficiales, dejando solamente a los administrativos para que se encarguen de efectuar los trámites y sorteos.

Justo, lo que se dice justo, no es que sea este sistema, pero la probabilidad de que se haga justicia es la misma que con el actual, con la diferencia de que los corruptos como los del caso “Trajes” e hijos de puta como los del caso Marta del Castillo, tienen así más posibilidades de ser condenados, y en otros -como el de Garzón- tienen una posibilidad de ser absueltos, no como en esa suerte de linchamiento togado cuya sentencia estaba cantada desde el primer día.

Incluso me han comentado (y ese es el negocio) que en un país de gilipollas masoquistas como éste, nos volveremos locos por comprar participaciones que permitan entrar en el sorteo de penas, otra de las derivaciones de este novedoso sistema judicial, que además de ser un negocio inédito, provoca una un morbo tremendo que deriva en fuerte adicción, puesto que tiene la emoción de una acusación infundada con la de la incertidumbre de un veredicto, pero te evita el mal rato de los interrogatorios.

Dicen que la adrenalina te sale por orejas cuando desde el primer bombo (que solamente se emplea en el caso de la LOTODELITO, que es como se llama el sorteo) te puede caer desde una alcoholemia con retirada de seis puntos, multa de dos mil euros y un mes sin carnet, hasta el más terrible, que es el de piratear música y películas. Algo que puede costarte varios años de cárcel, pero ese es otro sorteo. Es la tremenda BONOPENA donde un bombo determina el el castigo por los delitos que te haya adjudicado el bombo anterior.

Aquí puedes ir diez años al trullo por una denuncia falsa de maltrato o por vender CDs piratas, aunque las otras penas son bastante inferiores. Incluso aunque te haya salido en el LOTODELITO un asesinato etarra o yihadista, la cosa es mucho más simple. En el primer caso te arrepientes, pides perdón..... y a la puta calle. En el segundo, el facherío y el diario Mundo se ocuparán de que te absuelvan y echen la culpa a los etarras, con lo cual solamente tienes que arrepentirte, cantar el Viva España y... a la puta calle también.

Algo peores son las penas por asaltar viviendas y naves, pero tampoco hay por qué preocuparse, te echan del país y tienes que pagar de tu bolsillo el viaje de vuelta. Esta es una terrible pena que han notado es sus carnes centenares de moldavos, kosovares y búlgaros, pero que muchas de ONGs españolas se ocupan de remediar financiando su vuelta en primera clase.

Somos muchos los que pensamos que con estos sorteos ahorraría el país varios miles de millones de Euros al año, y muy especialmente respeto en el ámbito internacional. Todo el mundo vería que las sentencias aberrantes serían cosa de la suerte, no de supuestos profesionales. Se vería más equitativa una justicia limpia donde la suerte marcase el destino de los litigantes o acusados, que esta ceguera selectiva, gracias a la cual se llevan los palos los mismos de siempre. Apenas íbamos a notar el cambio.

Además siempre quedarían los indultos del Gobierno, gracias a los cuales se puede indultar a banqueros para que no pisen la cárcel. Un poco peor lo tienen los desgraciados que han pasado su vida entre rejas y se les aplica el mismo indulto, puesto que aún les tienen enjaulados después de tres meses de papeleos.

La lotería será más justa que una justicia que hace trampas mirando por debajo del pañuelo (con el ojo derecho, claro está) y tratando de forma distinta a los ladrones de cientos de Euros que quienes lo hacen con millones, que no suelen pisar nunca las cárceles.

Los españoles hemos dejado de creer que en este país exista algo ni remotamente parecido a la justicia. Mientras la reponemos tras echar del poder a estos políticos siervos de los poderosos, propongo que la denominemos "cachondicia". Parece un nombre más apropiado.