martes, 3 de abril de 2012

Teofolklore


Hoy me he dado cuenta de que soy malo, o al menos no tan bueno como yo creía. Solamente las malas personas se alegran del mal ajeno, y yo he sonreído cuando había quien lloraba y eso no es muy correcto, pero no voy a ser hipócrita, me he reído y hasta casi alegrado de su pesar, y eso no es de buenas personas.
Es cierto que a mí se me hace un nudo en la garganta cuando veo como desahucian a la gente o lloran la muerte de un ser querido, o tiene graves problemas ellos o sus familias. Si no se llora, al menos hay que apenarse de estas personas y su llanto, y hasta ahí llego, pero hay lágrimas… que me sacan de mis casillas de pura hipocresía, quizá fanatismo o simplemente estupidez, aunque quizá sea un poco de todo.
Lo siento por las almas sensibles, pero no pueden darme ninguna pena las lágrimas de quienes lloran porque no han podido sacar de paseo a una escultura a causa de la lluvia.
Entiendo que haya quien crea en Dios, quien incluso sea cristiano y aún católico, pero el teofolklore de la Semana Santa me puede. No entiendo cómo la Iglesia no excomulga esta panda de idólatras que pierden el culo por una imagen. A esos pervertidos que se enamoran de una estatua policromada con una mujer llorando. O de sos necrófilos que disfrutan paseando la imagen gore de un crucificado.
Si a eso le unimos esos disfraces sadomaso y los tambores de guerra o ejecución pública, llego a la conclusión de que yo seré malo, pero es que los hay muy, muy perversos.
 Si existiera Dios y fuera pariente lejano, pediría que los fulminara por sádicos. Vamos que yo no consentiría que semejante tropa me adorase ¡Joder que asco¡