miércoles, 5 de mayo de 2010

POLÍTICOS Y AUTONOMÍAS PARASITOIDES

Rajoy, Zp, Blanco, Cospedal… mismos perros y distintos collares. Misma política y distintas caras... duras, durísimas.

La crisis española es estructural y endémica porque hemos parido una ordenación territorial que prima todo menos el trabajo honrado y la política decente.

Con un 30 % de funcionarios en Extremadura y otro tanto en el resto de España (porque hay que meter a las empresas públicas cuyos salarios salen al final del contribuyente; con 17 parlamentos autonómicos y un senado que es puro teatro (políglota eso sí) con centenares de actores, maquilladores y bauleros, pero sin espectadores.

Escoltas, conductores, coches oficiales, bedeles, enchufados trabajando de ADL o sus equivalentes, enjambres de guardas de naturaleza; empleados de miles y miles de "centros de interpretación" que no interpretan nada porque no los visita ni Dios; diputados provinciales, "artistas" de la SGAE, concursantes de concursos tramposos que salen a licitación cuando la obra ya está inaugurada o el libro se ha presentado semanas atrás. Todos acompañados por mamporreros varios con carnet de partido, con bigotes y correas o barbilampiños con tirantes, gente no productiva que en definitiva seguirán cobrando de un Estado y unas autonomías en quiebra y que amenazan con llevarnos a todos a la ruina.

Somos un país en que los parados y los funcionarios suponen la mitad de una población activa inactiva, donde a los trabajadores con nómina no se les puede exprimir más, pero a los ricos no se les quiere tocar por si se llevan su dinero a otros lugares.

Se despide al 15 % de los trabajadores, a la vez que sigue aumentando ese 20-30 % de funcionarios que van desde los más imprescindibles (médicos, policías y demás), a los neutros (ellos trabajan, pero si quedaran en casa de momento no pasaría absolutamente nada)y por último a los más prescindibles, pero a quienes que ni se puede, ni se quiere despedir, pues son amigos, familiares, amantes o compañeros de partido, nacionalista o regionalista a ser posible.

No se trata de acabar con los funcionarios y asimilados, ni de que estos tengan la culpa de la crisis, pero en la era de la informática, los papeles y la burocracia lejos de disminuir se multiplican día a día, y con ella las complicaciones para la gestión del ciudadano que debe peregrinar a mil sitios para algo tan simple como cambiar de coche, por ejemplo.

De la crisis no acabaremos de salir mientras no acabemos con estas taifas tan proclives al compadreo y los amiguismos y –porque no decirlo- a la corrupción que son las autonomías.

Las autonomías se comportan como parásitos del Estado y de los ciudadanos, aunque hay una palabra que define mejor a nuestras autonomías. Es PARASITOIDE que son los parásitos que acaban matando al organismo que los aloja, y ese será el resultado final de este régimen taifal en que derivaron las buenas intenciones de la transición.