Hoy me he
dado cuenta de que soy malo, o al menos no tan bueno como yo creía. Solamente
las malas personas se alegran del mal ajeno, y yo he sonreído cuando había
quien lloraba y eso no es muy correcto, pero no voy a ser hipócrita, me he reído
y hasta casi alegrado de su pesar, y eso no es de buenas personas.
Es cierto que
a mí se me hace un nudo en la garganta cuando veo como desahucian a la gente o
lloran la muerte de un ser querido, o tiene graves problemas ellos o sus
familias. Si no se llora, al menos hay que apenarse de estas personas y su
llanto, y hasta ahí llego, pero hay lágrimas… que me sacan de mis casillas de
pura hipocresía, quizá fanatismo o simplemente estupidez, aunque quizá sea un
poco de todo.
Lo siento por
las almas sensibles, pero no pueden darme ninguna pena las lágrimas de quienes lloran
porque no han podido sacar de paseo a una escultura a causa de la lluvia.
Entiendo que
haya quien crea en Dios, quien incluso sea cristiano y aún católico, pero el
teofolklore de la Semana Santa me puede. No entiendo cómo la Iglesia no
excomulga esta panda de idólatras que pierden el culo por una imagen. A esos
pervertidos que se enamoran de una estatua policromada con una mujer llorando.
O de sos necrófilos que disfrutan paseando la imagen gore de un crucificado.
Si a eso le
unimos esos disfraces sadomaso y los tambores de guerra o ejecución pública,
llego a la conclusión de que yo seré malo, pero es que los hay muy, muy
perversos.
Si existiera Dios
y fuera pariente lejano, pediría que los fulminara por sádicos. Vamos que yo no
consentiría que semejante tropa me adorase ¡Joder que asco¡
1 comentario:
En una ocasión vi un documental sobre la virgen del Rocío creo. A una escultura de madera policromada original le habían quitado todo el cuerpo original y lo habían sustituido por el de Pinocho para poder ponerle esos trajes. Debería de ser punible estropear una obra de arte histórica de este modo.
Este país que sigue pidiendo favores y gracias a un trozo de palo no tiene remedio.
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