Políticos y periodistas forman una extraña simbiosis. Cada uno por su lado no son nadie, pero juntos se ceban mutuamente y se necesitan, pero hacen ver que se llevan mal.
Los políticos en general gobiernan sólo para ellos y -en todo caso-para quedar bien con los medios de comunicación. En teoría es el tamden perfecto
Entre tanto, los ciudadanos somos convertidos en voyeurs de la impudicia entre ambos colectivos. Son la escenificación de la pornopolítica en la que (virtualmente, aunque no siempre) se lamen impúdicamente y recíprocamente.
A unos les gusta el sexo puro duro y tachan a otros de paladines de la democracia, adalides de la libertad de expresión y otras frases hechas. Entre tanto, los periodistas en plan puta vieja que más gusta por su sabiduría que por su cuerpo (llámalo dinero) juegan al erotismo político de enseñar poco e insinuar mucho, y es que son pocas las miserias de nuestros políticos que éstos no sepan, y si no lo saben es porque son políticos novatos. Es solo cuestión de tiempo el que su ego, soberbia cualquier otra pasión más bien poco confesable esté haciendo de liguero o taparrabos de cualquier periodista mínimamente avezado.
Sin embargo, en ocasiones como éstas de las medallas de oro a todos los exalcaldes, los políticos se montan la orgía ellos solitos, sin invitar a sus partners habituales y organizan una suerte de porno-tren en el que uno no sabe bien cual es más feliz o desgraciado
1 comentario:
Ah Llanero! Da gusto ver que alguien piensa en esta ciudad. Gracias a esto, mi úlcera no escarba tanto.
A veces uno siente una impotencia que primero le hace pelear y luego le inmoviliza al ver la sordera y la imposibilidad de cambiar. Pero con el tiempo y otros granitos de arena algunas cosas, cambian. Pocas, pero menos es nada.
Me parece estupendo tu Blog.
Nos veremos en otros comentarios. Estamos en la misma lucha.
Saludos.
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