El caso Gurtel y sus consecuencias políticas es como los prestidigitadores, mientras miramos la mano del escándalo, en la otra esconden la moneda o nos quitan la cartera. Todo el revuelo y la polvareda levantada nos está haciendo olvidar algo mucho más importante que es -nada más y nada menos- la base de todo este entramado de corrupción: los concursos y contratos fraudulentos en todos los estamentos españoles. ¡Y luego hablamos de repúblicas bananeras!.
Sin concursos amañados no existirían personajes como Correas, ni los contratistas podrían regalar Infinitis, ni relojes de oro.
Todos lo saben, pero es como salir a la carretera un fin de semana: hay una docena que no volverá, pero asumimos el riesgo porque creemos que tocará a otros. Esta vez al PP en algunos lugares, pero antes fuero Filesas y tantas que ya por comunes ni recordamos.
Si todos los concursos fuesen limpios, la administración ahorraría miles de millones de Euros, habría más trabajo para todos y no perderíamos el tiempo quejándonos de esta corrupción básica sobre la que se asienta todo el sistema político-empresarial español.
Pero no son únicamente los políticos, sino también los funcionarios quienes aceptan sacar concursos que incluso a veces son legales, pero éticamente repulsivos.
No es solamente trato de favor al elegir una opción en lugar de otra, es información privilegiada previa al concurso, es comprobar quien paga las comidas de funcionarios y políticos en los mejores restaurantes en las fechas previas a la adjudicación o como norma, es mirar en cuantos concursos finaliza el plazo tras un puente (el 16 de agosto suele ser especialmente empleado) o cuando para presentarse a un concurso de relativa envergadura, dan dos semanas para presentar la oferta y luego tardan un mes en abrirlas y dos otres en adjudicarlo.
Si no extirpamos el cáncer de los políticos y funcionarios corruptos, mediante la creación de un organismo fuerte, quizá algo dependiente de Hacienda o la fiscalía anticorrupción, o incluso mejor: Casi todas las empresas tienen los certificados AENOR o similares de calidad, pero ¿Cuándo habrá en la Administración un certificado de concursos limpios?.
No podrá ser mientras la economía y las relaciones públicas de un número importante de políticos de cierto nivel y de altos funcionarios se basa en esto.
De otra forma tendrían que renunciar a alquileres simbólicos, vacaciones a precios de escándalo o gratis, cotos de caza, toros, fútbol, coches de saldo que sólo encuentran ellos y tantas otras cosas. Entonces ser un alto cargo perdería mucho encanto ya que tendrían que limitarse a cobrar sus buenos sueldos por hacer su trabajo.
¡Pobrecillos! Ellos que tanto valen cobrando cincuenta mil míseros Euros al año y teniendo además que pagar piso, vacaciones, toros, cotos y comidas. Simplemente intolerable. Seguro que dimitían y se dedicaban a..... Uy, si no saben a qué
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